lunes, noviembre 08, 2004

La profe volvió en tren

Fui por el día a Concepción a hacer clases y volví en tren... ¡hace años no andaba en un vagón! Por supuesto saqué mil fotos, algunas de ellas expuestas aquí.
Además, un relato de mi tarde fotográfica de domingo.

Creo que una de las bendiciones más grandes para mí es hacer clases. Poder enseñar aquellas cosas que he aprendido me hace sentir plena, útil... y la gente agradece tanto algo tan pequeño que uno hace por ellos, en este caso ellas porque le hago clases a mujeres evangélicas en un taller de periodismo.
El año pasado comencé con este proyecto que es de una ONG cristiana (no entraré en detalles) y fui a Concepción y Valparaíso a hacer clases. Este año me volvieron a llamar, pero como ya estoy "grande" hago clases en Santiago también jeje.
El viernes, por primera vez, tuve que ir a Conce a hacer mi clase. A las 7.30 tomé el único bus directo a Concepción a esa hora, me moría por irme en tren pero llegaba hasta Chillán y de ahí debía tomar un bus: llegaría 13.30 y a las 14 era la clase, mucho riesgo y no alcanzaría a almorzar tranquila). Pero, como diría mi amigo Leo, "con la buena suerte que nos caracteriza" jajaja el bus, más o menos cerca de Curicó, se echó a perder. Estuvieron media hora tratando de arreglarlo, mientras uno de los que estaba ahí reparando decía "ah pero si los otros buses se demoran mucho" mientras yo pensaba que al final habría sido lo mismo irme en tren... Me llamó Kemiko y le dije "pucha, me hubiese ido en tren, por lo menos cuando no llega a la hora te devuelven el pasaje" y no sé si habrá escuchado el individuo aquél que hizo el comentario del bus.
En fin, ya en otro bus seguí durmiendo (siempre duermo en los viajes, aparte la noche anterior casi no había dormido). Cuando íbamos por el camino que une Chillán con Concepción me detuve a mirar el paisaje tan verde, recordé el Año Nuevo que pasé en el campo de mi tío que queda por ahí y soñé que iba tomada de la mano de Kemiko entre los árboles de esos espectaculares bosques (sé que le gustan los bosques... a mi también me fascinan).


Obviamente llegué muy tarde: a las 3 PM recién estaba almorzando cerca del lugar donde debía dar clases. Para colmo, la batería de mi celular se consumió de tanto hablar con Kemiko en el episodio del bus, así es que no tenía cómo ver la hora (hace meses ya que la pila de mi reloj se agotó y no la he repuesto jeje), así es que espiaba los relojes de los que estaban en las mesas cercanas. Tenía esta vista desde ahí.

Cuando ya fueron las 15.25 caminé a Bulnes con Colo-Colo para ir a hacer mi clase. Estaba ansiosa por llegar. Al entrar me saludé la secretaria y de inmediato supuso que yo era "la profesora". Me hizo pasar. Estaban todas las alumnas repartidas haciendo hora, pero al verme se acercaron a saludarme y fuimos a la sala para hacer la clase hasta las 18.30, aunque tenemos permiso de atrasarnos hasta las 19... por supuesto abusé de eso por el percance mecánico jeje.

Luego me encaminé a la estación de trenes de Concepción, porque tenía muchas ganas de andar en tren. Llegué y me entristecí de ver lo que era una estación hermosísima convertida en una ruina. No entré porque los pasajes se compraban a un par de cuadras de ahí. Miraba la estación y me acordaba cuando llegábamos o nos íbamos, cuando íbamos a Talcahuano a ver a mis abuelos y tíos maternos. Una vez el tren no pudo llegar a Concepción, sólo hasta Chillán, y nos subieron a un bus que chocó, yo iba durmiendo y la mitad derecha de mi cara chocó contra el vidrio... quedé muy mal, pero gracias a Dios sólo guardo un rasguñito apenas perceptible. Era el 3 de marzo de 1985, así es que el terremoto lo viví en la casa de mis abuelos, porque nos devolvieron a Conce.

Debía hacer hora hasta las 22.45, así es que creí justo hacer un citytour, recordando cuando era chica e íbamos a tomar helado de máquina con mi prima Carito. Como cosa rara no tenía hambre, pues el almuerzo fue contundente y mis alumnas me regalaron un pedazo de queque muy rico, que me tomé con un té. Me moría de ganas de pasar a un café, pero podría no dormir en el viaje y eso no me gusta jeje.

Comprobé que aún es un panorama tomar un helado o sacarse una foto en la plaza con esas máquinas antiguas. Corroboré que Conce sigue muy lindo y me horroricé con mi pelo revelde en ciudades al lado del mar... y los penquistas conocieron a una loca sacándose fotos sola jajaja.

Previo paso a un cibercafé (¿o creían que me pasaría más de 24 horas sin "internetear"? jajaja) llegó la hora de caminar hacia la nueva estación de trenes, muy cerca de la antigua. Menos mal que no decidí hacer hora ahí, porque es como una estación de metro, a la intemperie. Llegó mi tren. Como era el "Coche 2" fui, como todos los parroquianos del lugar, al segundo vagón después de la locomotora ¡pero era el último!

Recordé cuando era chica, viajábamos siempre en tren. Los asientos se podían girar y con mi hermana nos escondíamos entre los dos respaldos enfrentados de los asientos. Me acuerdo de la curiosidad que me producía cambiar de vagón y caminar por el tren. Me gustó mucho la experiencia esta vez aunque desaproveché la ventaja de caminar por el tren o ir al "Coche Comedor" porque dormí sin pausa hasta que llegué a destino.


Update: Imágenes tomadas minutos antes de llegar a la Estación Central a través de la persiana del tren (sin audio)

Al llegar a la Estación Central, cual película, Kemiko me estaba esperando, me sacó una foto a lo lejos y corrí a sus brazos. No habíamos estado nunca tantas horas separados y nos hacíamos muchísima falta.

Mi tarde fotográfica de domingo

Como les contaba en mi post anterior, quería ir a la World Press Photo. Son imágenes impactantes, reflejo del momento que vivimos y que los reporteros gráficos captan.

Kemiko me había expresado sus ganas de caminar sin zapatos, así es que después de ver la exposición le propuse que fuéramos al pasto y estuviéramos ahí un rato. Sacamos mil fotos, me encanta eso, me fascina que le guste tanto como a mí. Él fotografiaba diminuteces, yo lo fotografiaba así como un backstage, encantada con su concentración de niño (¿o es que no han visto a un niño concentrado? ¡qué lindos!). Me sacó una foto con una florcita en la panza y muchas más... Aquí van sólo algunas de las que saqué con mi cámara, ¡Él tiene más!

Después de eso fuimos a buscar a su mamá para ir al Cajón del Maipo, dimos el paseo y de pronto, en su casa, después de la hora del té, no supe qué hice mal, qué switch activé para que no me pescaran, para que no me dirigieran palabra... ahora recién acá en mi casa, leyendo su blog, me enteré por qué, después de que pasé por todos los estados (desde la tristeza profunda a la rabia descontrolada -que controlé inexplicablemente excepto con las puertas de su auto-, estado en el que llegué a mi casa y me produjo un dolor de cabeza), después de que pregunté en todos los tonos qué pasaba (y, claro, no pasaba nada según él pero era más que evidente que no estaba nada de bien). En fin, yo ya le escribí lo que sentía y no quiero decir nada más del tema, porque si va a hacer algo que lo haga por sí mismo, no es mi estilo manipular de ninguna forma, él ya sabe bien lo que siento, quiero y pienso.

Saldos al día:
  • Muchísimas lindas fotos que me fascinaron
  • Un dolor de cabeza
  • Una conversación sincera con mi hermana
  • Una larga espera para usar MI PC (como consecuencia son las 7.24 de la mañana y estoy recién terminando de postear.
  • No comments for today...

M®P

4 comentarios:

tempore dijo...

woows, too bien.
1. conce, que decir...
2. clases, la gran responsabilidad del hombre (ser humano), compartir conocimiento, en pro del crecimiento de la humanidad.
3. lindas fotos, oh si

tempore dijo...

ahhh, y el tren pu.

andreeita dijo...

veo que almorzaste en la copec de carrera.. jaja...

Ma®ía Pastora dijo...

tempore: �hey, chiquilla! tiempo que no te ve�a por aqu�... gracias por lo que dices de las fotos jjeje

andreeita: tengo la leve impresi�n de que conoces Conce :P