Certezas inciertas

¿De quién es el corazón de la Pelu?

Tiene por nombre el de un rey que gobernó Inglaterra con justicia y honor. Juró a Hipócrates con esa misma gallardía y quiere centrar su vocación en los niños. Eso sí, ya ese amor por sus "enanos", como les dice cariñosamente, lo ha cultivado haciendo clases en la Escuela Dominical de su iglesia. Es poseedor de una fuerza incalculable, que lo hace llegar cada día más lejos. Pronuncia las palabras más bellas que jamás me hallan dicho. Su amor por mí inunda mis días de felicidad.
Cuando sentí que lo había perdido me dolía el alma. "Cómo pudo haber terminado algo que no existe más que en tu imaginación" me decían, pero me sentía morir y yo no creía estar enamorada de una sugestión. Me dirán que esto es irreal, que no existe, que no es posible, que me enamoré sólo de una imagen o una apariencia... una de mis frases favoritas es "la vida se encarga" y en nuestras vidas está Dios... saquen conclusiones...
Nunca me ha tomado de la mano, nunca he sentido su perfume, nunca me ha contenido en un abrazo, nunca lo he besado... Pero no quito su imagen de mis pensamientos, esto es extraño, lo sé, pero es algo inevitable.
Entregados a la voluntad de Dios que, en definitiva, nos juntó "de la nada", esperamos el día en que los 10 mil kilómetros que nos separan sean una anécdota y comience la segunda fase de este ambicioso proyecto que derriba fronteras.