jueves, junio 10, 2004

La ruta de la lluvia

Qu� d�­a m�s precioso, despu�s de que llueve siempre Santiago me ofrece un espl�ndido espect�culo: salgo de mi casa y la cordillera blanca se impone ante mis ojos, mi nariz helada est� roja, mis manos no las siento, pero �qu� importa eso, si estoy frente a una maravilla como esta? Ni una sola part�­cula de smog, aire helad�­simo, pero puro. No dejo de mirar la cordillera y recuerdo cuando fui a un asado en Buenos Aires: �sin la cordillera de fondo no sirve! :P
La ruta de la lluvia es muy simb�lica para m�­. El primer d�­a que la hice fue un d�­a como a las 6 � 7 de la ma�ana, reci�n amanec�a y ven�a de hablar con un chico que me gustaba mucho pero conlclui­mos que no pod�­amos estar juntos por "razones religiosas" (ten�amos diferencias abismales y estar juntos significaba no estar de acuerdo en cosas esenciales para nosotros). Ese d�a llor�, llor� mucho, porque �l me gustaba y cre�­a que esa relaci�n podr�­a ser buena (ahora no lo creo, menos mal que no pas� nada jeje). En ese entonces yo ten�a un auto, un glorioso Daewoo Tico (ahora no lo tengo, alg�n d�­a les hablar� del por qu�) y despu�s de dejar a ese amor imposible s�lo quer�­a llorar, estar sola, no quer�­a volver a casa. Ten�­a los ojos hinchad�­simos de tanto llorar. Tom� mi auto y comenc� a manejar... donde fuera.
En ese minuto yo estaba en Vitacura. Tom� Vespucio hacia el sur y se me ocurri� ir "hacia arriba", as� es que tom� Bilbao y comenz� mi descubrimiento.
Esa noche hab�­a llovido, pero ya estaba despejado. La cordillera, como hoy, nevada hasta abajo. Qued� at�nita ante semejante espect�culo de la naturaleza: al fondo de Bilbao, yendo hacia el oriente, un cerro blanco imponente dejaba entrever, en sus faldeos, un intenso verde. Ese espect�culo me reconfort�, me acord� de la grandeza de Dios. Volv�­ a mi casa un poco mejor, aunque no ser�a la �ltima vez que llorar�a por �l.
Quiz�s para ustedes no ser� gran cosa todo esto, pero me encantar�a que pudieran ir un d�­a despu�s de lluvia subiendo por Bilbao, ojal� en la ma�ana cuando a�n no hay smog.
Llor� otras penas y otros amores ante ese vestigio de los Andes, significa mucho para m�­. Ahora cada vez que puedo (ahora no en auto, pero s� a pie o en bici) hago la ruta de la lluvia, a veces no con pena, sino en se�al de un oasis en mi vida tan agitada. Hoy no creo que tenga tiempo de hacerla, pero escribi�ndoles viajo mentalmente hacia ese lugar, del que veo s�lo un poquito desde la puerta de mi casa, cuando salgo en la ma�ana.
Tengo fr�o, necesito que mi Pr�ncipe me abrace. Seguro que hoy no nos veremos, qu� pena, porque, como les dec�a, son ya dos meses desde nuestro primer �sculo (jajaj qu� cu�tica).
A prop�sito de cu�tica y a prop�sito de pr�­ncipe... Yo a Clau le digo "Principe" (sin tilde porque se pronuncia a lo italiano jeje) porque el d�­a aqu�l en que nos besamos por primera vez *�* vimos "La Vida es Bella" y desde ah� el me dice "Principessa", tonces por extensi�n le digo Principe. Pero lo m�s curioso de todo es que el otro d�­a fui a ver Troya (creo que les cont�) y mi mam� encontr� que el Pr�­ncipe Paris �era igual a Clau! Ojo �eh? no fueron mis ojos de enamorada que vieron eso, fue mi mam�, y es cierto que se parece... y no somos las �nicas que lo decimos... en esta foto es donde m�s se parece. Obviamente que yo no me parezco a Helena, no soy rubia, menos flaca y tan regia jajajaj... tengo pinta de plebeya �cuack!


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