Desamor

De esas historias que no nos gustaría contar...

Hace unos meses yo les conté que intenté una relación amorosa por internet... pero nunca les conté qué pasó, por qué y cómo terminó. Siempre quedé con esas ganas, pero para "proteger" a quien supuestamente era mi pololo, no conté nada. Han pasado los meses y ya con las aguas calmadas contaré esa experiencia.
Como toda relación virtual, fue ideal. Yo, teniendo conciencia de eso, intentaba no perder la cordura, pero ante tantas "certezas" fui cediendo. En definitiva, Arturo (él es de México) quería venir a vivir a Chile, pero quizás, la otra opción, sería que yo fuera a vivir a Estados Unidos, donde él estaba buscando una oportunidad laboral. Él es médico (sé que lo es, pues muchos me decían que quizás era mentira) y quería hacer su especialidad en Norteamérica.
Desde un principio me dio a entender que era una relación con proyección seria. Después comenzó a hablar de matrimonio y todas esas cosas que se hablan cuando una relación esta muy afianzada. De a poco, y pese a mi reticencia, comencé a enamorarme de él. Nos conoceríamos en junio, pues él debía ir a Estados Unidos y después vendría a Chile a conocerme.
Un día, sin explicación, me dijo que termináramos nuestra relación. Yo quedé muy mal después de eso... pero pasaron sólo dos días y él me buscó nuevamente, me pidió perdón y comenzamos de nuevo. Todo iba de maravillas y él era el dueño de mi corazón.
Nuevamente, y sin una razón de peso aparente, terminó conmigo... y al día siguiente pasó lo que tenía que pasar: sus mentiras se sabrían por una u otra razón... siempre es así, siempre las mentiras se saben: él era casado... claro, ahí até muchos cabos sueltos.
Me sentí pésimo, una real estúpida, sentí rabia, mucha rabia, y después tristeza. Odié a Frank Sinatra, a Billy Joel y a todo lo que me recordara a él. Esas canciones las escuché una y otra vez, para odiarlo con fuerza y llorarlo hasta que me cansara, pues quería cerrar ese ciclo pronto.
Ahora me siento exactamente igual, porque se repitió la historia y volvieron a hacerme daño: me siento una real estúpida, tengo rabia, mucha rabia, y tristeza. Odio a Tom Jones, a Presuntos Implicados, la mal llamada por mí "música ambient" y todo lo que me recuerde a quien también esta vez me hizo daño. Anoche escuché algunas canciones que me hicieron recordar esos bellos momentos que se deben ir a la basura por una mentira que no me permitió decir adiós como se debiera hacer siempre, sino que con rabia y desprecio. Qué ganas de haberlo abrazado y decirle "gracias por todo, lástima que no resultó, siempre estaré ahí si me necesitas".
Me da rabia que una preciosa amistad, que se había convertido en algo más, termine así. Me siento defraudada totalmente, perdí a ese amigo que a la hora que fuera podía secar mis lágrimas, darme un abrazo y mucho cariño. Perdí, a su vez, a quien podía recibir toneladas de cariño de mi parte sin aburrirse. Perdí al pseudo papá que me retaba cuando no me comía la comida o llegaba tarde. Perdí a quien me ayudó a tener más confianza en mí misma...
Confianza... ya a veces pienso que no se puede confiar en un hombre. Pienso en si serán verdad todas las cosas que me dijo para subir mi autoestima. Un amigo me decía que los hombres siempre tienden a la maldad y las mujeres, a la tontera, y no quisiera pensar que es una afirmación tan tajante, pero ahora me es tan cierta...
Ahora no me queda más que hacer lo mismo con lo que logré superar el duelo de Arturo: ser trabajólica. Es el momento en el que debo borrar de mi horizonte el amor, pero no así los amigos, que fueron cruciales en aquel momento de flaqueza que ahora se repite... qué ironía, se repite el apellido Hernández en estas dos historias que les acabo de contar (y alguien por ahí tampoco tuvo buena experiencia con un chico de esa "dinastía" jeje... no quisiera pensar que son todos así, ¿no?).
Quizás, en unos meses más, cuando las aguas estén calmadas, les contaré lo que sucedió esta vez... aunque debiera hacerlo con todas sus letras.


Saldos al día:

• La lluvia y la nieve ahora no tienen nombre, no merecen tenerlo.