Cap�tulo 11: Nuestra particular normalidad...

Luego de los avatares que pasamos para iniciar lo nuestro, comenzamos a vivir la "normalidad", tomando en cuenta que ese concepto para m� est� lleno de su magia e ingenio. Significa ir a tomar once al Caj�n del Maipo, despertar con sus llamadas, que me salude po�ticamente en el MSN, que me llene de llamadas y mensajes de texto a mi celular, verlo todas las tardes para mimarnos e ir a tomar caf� a rumbos desconocidos o a nuestras casas, entristecernos al despedirnos cada noche, pero sabiendo que estaremos juntos al d�a siguiente, "dejando m�s para la pr�xima vez que nos veamos" c�mo dice �l.
Otra de las cosas que ya es parte de nuestra "normalidad" (bastante particular, como ver�n) es salir de la ciudad. Su vida est� configurada para viajar, aunque, seg�n �l a�n nos faltan "nuestros vasos de viaje y los cojines de Looney Toones para el auto", en caso de que, por ejemplo, quisiera irme durmiendo en el asiento trasero.
Es as� como haciendo gala de sus ideas nos fuimos a la playa. Como suele suceder salimos m�s tarde de lo que plane�bamos, pero no importaba, ten�amos �nimo, tiempo, ganas... Desde la estaci�n de servicio en las afueras de la ciudad manej� a Kemito (como bautic� a su "nave" jeje) tan a gusto como siempre, sinti�ndome observada por esos ojos que me vuelven loca y un "te ves incre�ble manejando" que a�n me tiene en "tilt" jeje.
Al llegar all� se gest� una conversaci�n muy profunda y especial, coraz�n a coraz�n. Con mi amado siempre hablamos medio en broma, creo que con �l la vida no sabe de tristezas para m�, pero cuando logramos ese contacto tan directo me conmueve, me encanta, me confirma que mi decisi�n por �l no estaba equivocada. Esa conversaci�n marc� el resto del viaje (y dir�a que de nuestra relaci�n).
A la hora de comer fuimos a buscar v�vieres al supermercado, luego a buscar mi pizza favorita: queso y pepperoni (la "Americana", que dicho sea de paso comimos m�s tarde lo que qued�, recalentada con el calor del interior de su auto al sol jeje) y disfrutamos de ese momento como todos los que vivimos juntos. �l se ve�a precioso, con unos pescadores de lino que le dan ese "qu� se yo" de hombre macho recio y ni�o, �ay que me gusta eso! (uy despu�s bronceado �se ve�a demasiado bien!).
Nunca me hab�a sentido bella, nunca, nunca tan amada. A uno le pueden decir que es linda, etc., �l lo dice a veces, pero �me lo hace sentir! Mientras camin�bamos por la costanera �l me llevaba de la mano. Yo caminaba cual modelo, sinti�ndome bella, la m�s bella del planeta, �del universo! De la mano con �l me sent�a orgullosa, mirando a todos y dici�ndoles con mis ojos "�l es m�o, s�lo m�o, de nadie m�s". Estuvimos en la playa, tomamos sol, nos sacamos m�s y m�s fotos (�me fascina eso! jeje). A su lado me siento as�, una mujer plena y segura, pero tambi�n me siento una ni�a protegida y regaloneada, como cuando limpia el arena de mis pies diminutos para ponerme los calcetines y las zapatillas antes de subirnos al auto.
Decidimos terminar ese viaje m�gico frente al mar. Fue all�, estacionados frente a la playa comiendo chocolate, que terminamos con otra conversaci�n de coraz�n a coraz�n. Le agradec�
tanto por todo y nos confesamos muchas cosas (y cada d�a seguimos descubri�ndonos m�s).
Se cumpl�an mil promesas y proyectos, uno de ellos eran las caminatas por la arena (diurnas y nocturnas), en medio de comentarios de lo incre�ble de nuestra historia y silencios que hasta hoy, lejos de incomodar, nos dicen "mi amor, estoy aqu� contigo". Esa caminata nocturna no la olvidar�, la brisa marina enfriaba mis mejillas mientras mi mano izquierda disfrutaba del abrigo de sus dedos enlazados con los m�os. Al ir volviendo pens� que este trayecto no pod�a quedar as� y le ped� que inmortaliz�ramos el momento, haciendo uso de nuestro ya habitual ingenio fotogr�fico. Y casi al terminar el recorrido me detuve y tir� suavemente de su mano para acercarlo a m�, lo mir� a los ojos un momento y lo abrac�. Le dije al o�do "nunca olvides este abrazo" para sellar tanta magia desatada. El calor de ese abrazo entibi� mis mejillas, no s� si realmente, pero el fr�o lo olvid� cobijada en �l. Lo apret� muy fuerte y sent� todo su amor y quise transmitirle el m�o, y fue inevitable que esa emoci�n hiciera que se me escapara una l�grima de mis ojos cerrados. Al abrirlos, a�n abrazados, mir� la inmensidad del mar y el sendero brillante que formaba la luna sobre sus aguas, por el que me hace caminar cada vez que me toma de su mano, por el que me hace volar.
Ya en nuestra ciudad (iba a decir "volver a la realidad", pero vivir a su lado es "so�ar"), lo miraba a cada instante durmiendo sobre mi cama, mientras yo revisaba mis correos-e. ��l est� conmigo? ��l? Es que no pod�a creer todo lo que me estaba pasando. Miraba sus pesta�as, sus manos, sus labios... y no pod�a creer que �l estuviera conmigo. Era po�tico sentir c�mo respiraba. La incredulidad deb� vencerla con un beso y una caricia, y el tacto me permiti� confirmar que no estaba so�ando, que era real.
Lo que no sab�a era que, a�n, faltaba una sorpresa muy especial, quiz�s la mejor de todas.

Saldos al d�a:

• Tercera visita de Bazuca.com en menos de un mes (mi amor, insisto que eres genial)
• Una noche de s�bado de lo m�s bailada (ni decir como lo pas�, muy bien, �de principio a fin!)
• Antojo de cr�pes satisfecho (no com�a nutella hace a�os)
• La certeza de que �l cree que hablo igual a las cabras chicas gritonas (con voz de amurrada: "�no! �mentira!")
• Postulaci�n a premio mundial de weblogs (soy muy patuda... no ir� a ganar, pero me han visitado hasta de Estonia jaja)
• Algunos arreglines a mi "bloggy" (a ver si se dan cuenta... una pista: a la derecha...)
• The things I said tonight are true, keep them in you heart and remember: you are the sun of my mornings, the stars of my nights and the breeze of my evenings.

M�P